Y después de 4 meses de traer desde España el Renocito Heller que me regalo Pablo, lo terminé.
Más o menos con el nivel de detalle de pintura que podría llegar a tener algún día el nuestro si es que nos decidimos a lijar y pintar por mano propia...pero de lejos y con los filtros adecuados de la cámara ni se nota:
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