Visitamos nuevamente el renocito de rincón de la bolsa, pero esta vez encontramos al propietario que nos mostró el renocito que tenía oculto en el garage.
Este ya lo teníamos visto:
A simple vista no era fácil verlo, como el galli que cuando abrió el garage dijo: y dónde está?
Pero abajo, de valijas, motos, cajas, y mil petates estaba el renocito:
Sepultado en el garage, esperando por su momento:
El interior, con su volante y tablero inmaculados:
En fi, ni lo regala ni lo vende.
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