A la vuelta de casa veía siempre una camioneta Hillman, un poco maltrecha y usada para cargar leña y cosas. Una mañana la veo sin el techo. Cortado a serrucho y cargada con pallets de madera hasta el cielo y más alla. A la mañan siguiente, con la lluvia, el asesino de techos se ve que se mojaba y le hizo este techo nuevo:
El domingo de camino a Atlántida me encontré con este Gordini, seguramente camino a el pinar:
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